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2. Nuestro encuentro

La provocación de la fe puede golpearte como una luz. ¿Lo creéis si os decimos que algunos son quemados por esta luz?

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Dios existía y estaba presente, revelado y enmascarado a la vez por aquella delegación de luz que, sin discursos ni figuras, lo entregaba todo al entendimiento y al amor. Entiendo perfectamente cómo estas frases pueden ser desorbitadas, pero ¿qué puedo hacer si el cristianismo es verdadero, si hay una verdad, si esta verdad es una persona que no quiere ser incognoscible? (André Frossard)

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No lo hemos hecho, hemos perseguido la fe en un largo camino de voluntad y deseo, en una constante y personal y profunda búsqueda.

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El milagro duró un mes. Cada mañana, me encontraba fascinado por esa luz que palidecía el día. Sin embargo, la luz y la dulzura perdían parte de su intensidad cada día. Finalmente desaparecieron, sin que yo volviera a la soledad. La verdad me habría sido dada de otro modo, habría tenido que buscar tras encontrar. (André Frossard)

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