
1. Nuestro punto de partida
La fe es una palabra con la que lucho, pero la falta de fe me ha hecho experimentar una tristeza y un vacÃo cada vez más fuertes en la vida.
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Me amaste, pero no pudiste hacerme bien; me has dado todo, incluso lo superfluo, pero no me has dado lo indispensable: ¡no me has dado un ideal por el que valga la pena vivir la vida! (Jacques Fesch)
Me quedo con una pregunta dentro de mÃ: ¿es posible que no haya alternativas a este extraño vacÃo que me acompaña? ¿No están allà o no quieren verlos? ¿No están ahà o son demasiado exigentes y no quiero tirarme?
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Sólo hay una cosa que hacer: ignorar todo este odio, buscar en y alrededor de él a Aquel que espera incansablemente al alma golpeada y desesperada para darle un tesoro que se niega a dar al mundo.
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Sólo hay un peldaño muy pequeño que subir, pero es necesario dejar nuestra aspereza y nuestro orgullo en el anterior y abandonarnos en Aquel que todo lo puede. (Jacques Fesch)